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Ucrania y Rusia se acusan por un ataque con cohetes a una estación de trenes

Al menos 35 personas murieron y otras 100 resultaron heridas este viernes en un ataque con cohetes contra la estación de Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde centenares de personas esperaban un tren para salir de la región, asediada por fuerzas rusas en el día 44 de la invasión a Ucrania, en un ataque de cuya autoría ambos países cruzaron acusaciones.

El suceso originó enfáticas condenas de parte del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y de la Unión Europea (UE), pero de inmediato desde Moscú se conoció una desmentida lisa y llana que fue más allá, al señalar que en el ataque se utilizó al menos un misil Tochka-U, que utiliza el ejército ucraniano.

El ataque en la estación ferroviaria fue confirmado primero desde el lado ucraniano de parte del responsable del lugar, Oleksander Kamishin, y por una autoridad de la zona de Donetsk -donde se encuentra Kramatorsk- que no está en poder de Rusia, y en seguida, desde Moscú el Ministerio de Defensa y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no sólo desmintieron su autoría, sino que devolvieron la acusación a su oponente.

Un vocero de la cartera de Defensa recordó que el 14 de marzo una división de la 19ª brigada de misiles separada de las Fuerzas Armadas de Ucrania atacó el centro de Donetsk «con un misil Tochka-U similar», como resultado de lo cual murieron 17 personas y otros 36 civiles resultaron heridos.

Hoy, el gobierno y el ejército rusos aseguraron que «los misiles tácticos Tochka-U, cuyos fragmentos fueron hallados en los alrededores de la estación de Kramatorsk y (cuyas imágenes) fueron difundidos por testigos, solo son utilizados por las fuerzas armadas ucranianas».

«Todas las declaraciones de los representantes del régimen nacionalista de Kiev acerca del supuesto ‘ataque con cohete’ llevado a cabo por Rusia el 8 de abril en la estación de tren de la ciudad de Kramatorsk son una provocación y son absolutamente falsas», dijo el Ministerio en un comunicado difundido por la agencia de prensa RIA Novosti, cuyo reporte fue recogido por las agencias de noticias AFP y Sputnik.

Un reportero de la agencia de noticias AFP que acudió a la estación vio a centenares de personas que aguardaban un tren para salir de la región, amenazada por una ofensiva rusa de gran envergadura, en dirección a otras partes más seguras del país.

Frente a la estación de Kramatorsk se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil. El lugar estaba sembrado de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros. El interior de la estación estaba cubierto de sangre, a menudo pisoteada y extendida hacia la calle, debido al movimiento de los cuerpos, reportó la agencia francesa.

De inmediato, Zelenski calificó el ataque como un acto de «maldad sin límites».

«Como no tienen fuerza ni valor para enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, destruyen cínicamente a la población civil. Es una maldad sin límites. Y si no se castiga, no cesará jamás», dijo el mandatario en Telegram, denunciando los métodos «inhumanos» de las fuerzas rusas.

Kramatorsk se encuentra en una zona de la provincia de Donetsk no controlada por la autoproclamada República Popular del mismo nombre, una región rusoparlante de Ucrania que se alzó en armas contra la conducción nacional del país hace ocho años, luego de que Kiev no cumpliera con determinadas medidas de autonomía a las que se había comprometido en los acuerdos de paz de Minsk de 2014 y 2015.

Donetsk y otra provincia, Lugansk, integran la región esteña del Donbass, de mayoría de población de cultura e idioma ruso, que viene reclamando su independencia de Ucrania.

Minutos antes de la confirmación del ataque por parte de Kamishin, el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko, había señalado que «los nazis rusos» dispararon en el lugar un misil Iskander.

«La Policía y los equipos de rescate informan de decenas de muertos y heridos», agregó, citado por la agencia de noticias Europa Press.

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