La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó los ensayos para la Fase II y III de la vacuna argentina «ARVAC Cecilia Grierson» contra el Covid-19; en las que se buscará evaluar la seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la vacuna con la idea de que la misma sea autorizada en el transcurso de 2023.
En un comunicado, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, destacó: «Contar con una vacuna de producción nacional contra COVID-19, desarrollada por investigadoras e investigadores argentinos es una muestra concreta de lo que podemos lograr cuando el sector público y el privado aunamos esfuerzos y trabajamos en conjunto».
La vacuna es desarrollada en conjunto por el CONICET, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Laboratorio Pablo Cassará.
«Es un logro colectivo que implicó el compromiso de muchos actores y nos llena de orgullo, porque no solo marca un hito para nuestra soberanía sanitaria, sino que además impacta en toda la región», resaltó Vizzotti.
En los ensayos, los voluntarios para evaluar su eficacia serán adultos mayores de 18 años, que estén sanos y que ya hayan recibido al menos dos dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Además de Vizzotti, Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, se expresó sobre el avance de la vacuna tras la aprobación de la primera fase: «El esfuerzo de nuestros científicos, la articulación entre distintos actores públicos y privados, y el trabajo conjunto con el Ministerio de Salud, permite seguir adelante con este proyecto necesario para la salud de los argentinos y para la soberanía sanitaria».
Los resultados de las primeras investigaciones de la Fase I señalaron que se trata de una vacuna «segura y muy inmunogénica».
Durante el transcurso de los ensayos las autoridades indicaron que la vacuna «Arvac-Cecilia Grierson» está fabricada en base a la tecnología de proteínas recombinantes que permite adaptarse a la formación de futuras y nuevas variantes.