Si uno no sabe cuidar la cosecha prematura y termina siempre corriendo detrás de la pelota para ir a buscar el resultado, va a encontrarse caminando en círculos. Ese diagnóstico vivió Talleres en la fría noche del Kempes con el empate 3 a 3 ante Patronato de Paraná, que le dieron vida a un gran partido lleno de goles y donde en el final pudieron marcar más ya que ambos se fueron con todo golpe por golpe por la victoria.
Al final fue igualdad y queda ese sabor amargo en barrio Jardín, que tuvo todo para ganar y se queda sin el premio mayor, por la Liga Profesional, donde luce lejos del protagonismo.
Al conjunto albiazul se lo notó decidido a cambiar su racha, como que la eliminación de la Copa Libertadores eliminó algunas cargas y a su vez, hizo mella en la responsabilidad de levantar en la tabla. Y por eso de arranque llegó al gol. Lucas Suárez mandó a la red un disparo en el palo de tiro libre de Rodrigo Garro y a cobrar.
En ese margen se vio lo mejor del equipo, enchufado para generar, con espacios para llevar peligro, sobre todo de la mano de Garro y de Francisco Pizzini. Sin embargo la visita facturó con su primer ataque, un remate de Sebastián Medina que descolocó a Guido Herrera para silenciar al estadio, justo en el mejor momento del elenco de Pedro Caixinha.
El segundo parcial
Acusó recibo el portugués y tras el descanso mandó a la cancha a Valoyes por Godoy y a Ortegoza para equilibrar y jugar. Logró su cosecha desde el arrebato, otra vez a los tres minutos de juego, con el sello de Michael Santos, como revancha personal. No obstante, le ocurrió el mismo síndrome, casi instantáneo, con el remate de Nicolás Castro que se desvió en Rafael Pérez (reemplazante del lesionado Suárez) y otra vez todo como desde el inicio.
Talleres no ligaba. Hacía el gasto, tenía la propuesta pero faltaba precisión en la definición, un mal habitual del equipo en los últimos juegos. Pero llegó el desahogo del jugador que más entendió el momento en la Libertadores.
Enzo Díaz clavó una pelota tremenda desde un costado, al lado del palo para que sea inatajable para Facundo Altamirano para su desquite personal. Había sido silbado por no largar la pelota a tiempo y hacer alguna jugada de más pero cuando encontró espacios y calibró la mira, el lateral izquierdo metió el gol de antología para dejar otra vez al albiazul arriba en el marcador.
A partir de la ventaja, era cuestión de administrar la pelota, entendiendo que Patronato iba otra vez a ir en busca de la igualdad. Alan Franco entró por Pizzini como para tener la pelota, pero nuevamente quedaron en evidencia las limitaciones a la hora de defender, porque un nuevo centro cruzado encontró la cabeza del ex Belgrano Estigarribia otra vez equilibró en el resultado. لعبه بينجو
Otra vez cambio de dibujo para Caixinha, adentro Romero para sacar a Villagra y dejar un solo cinco pero ya el desgaste había dejado su residuo. El impacto anímico se sintió y a la vez alteró lo bueno realizado. Tuvo profundidad pero esta vez el contagio de la gente generó más nerviosismo.
De hecho de contra el visitante tuvo un cabezazo de Estigarribia que pudo tener destino de red, donde Herrera salvó saliendo a cortar. لعبة بينجو اون لاين Y donde otra vez se desnudaron las falencias del albiazul en pelotas paradas y en el juego aéreo. De hecho terminaron mejor parados, justificando el resultado. Y si no entró la última de Santos ante Altamirano en tiempo de descuento, es porque el destino estaba sellado. الكرابس
Talleres golpeó en el inicio de cada etapa, estuvo tres veces por encima en el resultado pero no supo cuidar la diferencia y terminó casi pidiendo la hora, en un partido más que extraño donde la responsabilidad es de todos, de Caixinha y de los jugadores.